El médico esta cansado. En Puerto Esperanza la temperatura ya pasó los 40 grados. Pero no es eso. Así fue siempre el verano en este pueblo, a 58 kilómetros de Iguazú, en Misiones. El médico, en rigor, se cansa cuando tiene que volver a decir lo mismo. Lo mismo que dice hace años, siempre en voz baja. Con la guardia levantada. "A uno le duele. Esta planta tendría que estar cerrada. Pero estamos maniatados por la presión del poder. Acá ya no hay monte, hay pinos. Hubo una época en la que los casos de abortos espontáneos estuvieron tres veces por encima de la media. Después vino el brote de lesmaniasis cutánea, que se contagia a través de un mosquito que apareció con el desmonte. Y ahora sigue. Hay muchos procesos alérgicos, enfermedades respiratorias. Y los casos de cáncer superan el promedio. No solo de pulmón: ahora tambien hay de páncreas." El medico esta harto. Pero muy cerca; sobre el río, la planta de celulosa Alto Paraná no para. A fin de año, otra vez, habrá producido unas 350 mil toneladas de pasta celulosa.
Puerto Esperanza tiene, según el ultimo censo, 15 mil habitantes. Ahora, los cálculos dicen que hay unas 20 mil personas viviendo alrededor de un pequeño trazado de calles con dos avenidas de bulevares cuidados, con plantitas y árboles bajos, sin sombra. EI Hospital de Área de Esperanza también es chico. La médica y directora del centro de salud, Liliana Chumen, atendió en una mañana a 15 chicos. La planilla no miente: cinco mamás llevaron a sus hijos por broncoespasmo. "Hay muchos casos", confirma la doctora: Hay que investigar que larga la planta. Pero nosotros no tenemos datos científicos. En marzo, vamos a empezar con un estudio. Vamos a comparar las enfermedades de Puerto Esperanza con las de Puerto Rico, otro pueblo misionero que no tiene fabrica de celulosa. Yo se lo propuse a la empresa y ellos aceptaron; me dijeron que si hay que hacer un cambio lo van a hacer Quiero terminar con las sospechas, que se sepa a ciencia cierta que es lo que esta pasando", señala, mientras afuera, en los pasillos, aunque ya termino el horario de atención, siguen preguntando por ella.
Otras mamá esperan su turno para recibir los broncodilatadores que les entregan gratis. Las farmacias no sienten tanto la competencia de la asistencia social de medicamentos: ellos también tienen entre sus productos más vendidos los aerosoles, que cuestan entre 40 y 60 pesos, y que ayudan a respirar.
Algo huele mal. Hay una manera infalible de saber cuando va a llover en Puerto Esperanza, y también en Wanda a cinco kilómetros, y en Puerto Libertad, a diez. El olor a podrido avisa. Es fuerte y pasa de las fosas nasales al cerebro en segundos. Esos días, mejor no respirar. Pero cuando el tiempo está bien, y el sol pega fuerte, el vaho sigue ahí. Algo normal para la gente de la zona, que lo advierte pero lo soporta, como tantas cosas.
Hola mujeres! soy uno de los realizadores del documental In vertidos, sobre la contaminación de la papelera de Cap. Bermúdez, Santa Fe y nos sumamos a la denuncia contra la contaminación de las papeleras en el país. Les dejo el contacto de nuestra página, www.in-vertidos.com.ar y si tienen ganas seguimos la conversación. Un gusto, Martín
ResponderEliminarmuy deacuerdo con ustedes, yo soy de puerto esperanza, toda mi familia tiene problemas de piel o respiratorias, la gente tiene que tomar conciencia y levantarce, es la unica forma de hacer algun cambien, yo personalmente vi hace muchos años las canaletas con desechos que iban directamente al rio. Tendrian que ir preso
ResponderEliminarhola,estoy haciendo un proyecto de investigacion sobre el tema y me gustaria saber si pudieron concretar el estudio.muchas gracias,saludos
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